Jimin se movía de un lado al otro de la casa, completamente frenético. Jungkook lo observaba desde el sillón, su mano en su boca tratando de esconder la risa que amenazaba con salir de su boca.
Jimin se paró en el medio del salón y fijó su vista en su pareja —Alfa, no te burles de mí —un pequeño puchero se presentó en sus labios.
Jungkook golpeteó sus propios muslos y estiró una mano para sujetar la del omega. Jimin se acercó, sentándose en el regazo del castaño y escondiendo su cara en el cuello ajeno. El mayor desprendió su aroma haciendo que el ojiverde se acurrucara más contra su torso; olía a café y lluvia, para Jimin el olor de Jungkook era su cosa favorita en el mundo, podría pasar horas con su nariz pegada en la fuente de aroma de su novio.
—Estás demasiado tenso, omega. Te va a hacer mal.
—Siempre me pongo nervioso en los cumpleaños de Junseo. Ahora es diferente porque estás tú y en el año pasado solo éramos nosotros, lo único que hice fue comprarle un pastel y darle un regalo horrible.
—Eres una excelente mamá, Jimin. No sé que le diste de regalo, pero seguramente lo hizo el niño más feliz del mundo y apuesto a que comieron pastel hasta reventar... Ustedes definitivamente no saben controlarse con lo dulce —Jimin soltó una pequeña risita.
—No lo hicimos.
Jungkook dejó un pico en la boca de su pareja mientras sus manos apretaban sus caderas de manera reconfortante.
—Cielo, tienes que relajarte, a Junseo podrías regarle un paquete de galletas con queso y estaría feliz —pellizcó la mejilla de su omega—. Va a tener una fiesta genial y va a estar rodeado de personas que lo quieren y lo cuidan.
—Lo sé, lo sé. Él está tan emocionado por esto, jamás tuvo una fiesta así —una sonrisa se plasmó en su rostro imaginando lo emocionado que estaría Jun junto a sus amiguitos y su familia.
—Ahora la tendrá, y será así por muchos años más, vamos a festejarle tantos cumpleaños que se va a cansar del pastel y los globos.
—Ya quiero ver la emoción de su rostro cuando vea todo y cuando sea su día.
—Aún quedan tres días para eso.
—Lo sé, pero yo también estoy emocionado. Me convierto en un niño pequeño cuando es su cumpleaños.
—Estoy emocionado por ver eso.
Jimin tiró su cabeza hacia atrás mientras una risa escapaba de sus labios, el alfa aprovechó este movimiento para dejar un beso sobre la fuente de olor del omega. Jimin hizo algunos mimos sobre el cabello de su novio y juntó —una vez más— sus labios, besando la sonrisa de Jungkook.
—Te amo mucho.
—Yo también te amo, cielo.
✧✦✧
Junseo se removió en la cama, una risita escapó de su boca en el momento que vio a Jungkook removerse. El alfa estaba completamente dormido con el niño sentado a su costado.
El niño aplaudió suavemente sus manitos mientras observaba la obra de arte que había hecho sobre los brazos de su padre. Al parecer, Junseo descubrió que los dibujos que Jungkook tenía sobre el cuerpo eran un buen lienzo, los últimos días solo se había dedicado a colorear los tatuajes del castaño.
Jimin apareció por la puerta segundos antes a que el pequeño comenzara a dibujar sobre el pecho de Jungkook. Junseo alejó sus marcadores y se acostó a un lado del alfa, cerró sus ojos y decidió fingir que estaba dormido porque —según él— eso haría que su madre no lo regañara por las travesuras que estaba haciendo.
Jimin cruzó sus brazos sobre su pecho y fijó su vista en el menor —Junseo, sé lo que estabas haciendo. No te ocultes.
Jungkook abrió sus ojos y estiró sus brazos para apretar contra su pecho a su cachorrito. Junseo suspiró aliviado mientras se presionaba contra el pecho de su papá. Jimin se acercó a la cama, acostándose a un lado de sus chicos, dejó un beso en uno de los brazos del bebé y cruzó su brazo sobre el cuerpo de ambos enganchando su mano en la cintura de su pareja.
—Jun, a papá no le enoja, pero no puedes dibujarlo.
—Pero papá tiene dibujos muy lindos —un pequeño puchero se formó en el labio inferior del niño.
—Mamá no te está retando, amor —Jungkook acarició la espalda de su hijo.
—¡No quiere que te dibuja más! ¡Es malo!
—Solo está enojado porque no dibujas sus tatuajes, ángel —bromeó el alfa.
—Es cierto, papi —el niño soltó una pequeña risa contra el cuello de Jungkook.
—¡Oigan! Aún estoy aquí.
—No hay que ser malos con mami, hijo. Ve a darle un abrazo y dile que le harás caso.
Junseo se separó del pecho de Jungkook y se giró cuidadosamente para luego saltar a los brazos de Jimin. El rizado apretó suavemente el pequeño cuerpo y dejó un beso en las mejillas rellenitas de Jun.
—Te amo, mami, no eres malo.
—Yo también te amo, bebé.
—¿¡Y si dibujo tus tuatuajes, ma!?
—Es tatuajes, cariño —Jungkook soltó una pequeña risita al ver el ceño fruncido de Junseo ante la corrección.
—No tienes que dibujar los tatuajes de nadie. Tienes muchos libros para colorear, precioso.
—Pero esos son aburridos.
Jungkook rio fuertemente mientras dejaba un beso en la mano de Jimin y otro en la coronilla de Junseo. Se levantó de la cama, estirando todo su cuerpo, por suerte en el trabajo le habían dado dos semanas de vacaciones por lo que no se tenía que preocupar por los horarios o por dejar a sus omegas solos.
—Voy a prepararles el desayuno, ¿qué quieren?
—Yo voy a querer tostadas y huevo —dijo el omega mayor y ambos observaron a Junseo quien se había sentado en la cama y jugaba con los dedos de sus piecitos.
—¿Qué pasa, mi niño? —Jungkook lo miró con la preocupación marcada en su rostro.
—Vergüenza —dijo balanceando sus piernas.
—¿Qué te da vergüenza, Junseo?
—No sé decir lo que quiero desayunar —casi susurró.
Los ojos de Jungkook chocaron con los de Jimin, el omega le dio una mirada que el alfa entendió inmediatamente. Era justamente esa mirada que le gritaba en su mente "¡dañaron a tu hijo!"
—No importa, bebé —Jimin le sacó la mano de la boca para que el niño dejara de lastimarse sus propios dedos—. Trata de explicarnos.
—Son redondos y son como pastelitos.
—Oh cielo, ¿quieres hot cakes? —Junseo asintió con su cabeza, aún un poco confundido—. Bien, iré a preparar todo.
Jungkook salió de la habitación y Jimin aprovechó para acurrucar a Junseo contra su pecho. El niño presionó sus manos en la espalda de su madre y apoyó su mejilla en su hombro.
—No te tiene que dar vergüenza, Junseo. Es normal que aún no sepas algunas palabras o que te cueste pronunciarlas.
—Papá me enseñó esa palabra, no quiero que se enoje.
—Pequeño, tienes que comprender que papá no es como Siwon. Sé que papá Won se enojaba cuando no aprendías rápido, pero Jungkook te ama y adora enseñarte cosas nuevas.
—Yo también amo a papá.
—Lo sé, Jun. Estoy muy orgulloso de ti, ¿lo sabes? Eres el niño más fuerte y valiente del mundo.
—Te amo, mami. To-También estoy orgulloso de ti.
El niño saltó sobre el cuerpo del omega mayor, dejando varios besos en sus mejillas mientras rodeaba con sus pequeños brazos los anchos hombros de su madre.
—Tal vez, más tarde, papi y yo dejemos que pintes nuestros tatuajes.
Junseo chilló emocionado y apretó aún más a su madre, pegando sus mejillas y sonriendo completamente, sus pequeños dientes a la vista y sus ojitos verdes brillando con intensidad a causa de la emoción.
—¡Son los mejores papás del mundo!
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